Su hijo que va a la escuela primaria tiene Diabetes

Alrededor de los 10 años es posible determinar si el niño padece de diabetes tipo 1 o tipo 2. Existen diferencias considerables en la manera en que se diagnostican y se atienden ambos tipos de diabetes. En los 90, menos del 4 por ciento de los niños a los que se les diagnosticó diabetes, presentaban diabetes tipo 2. A partir del 2003, esa cifra aumenta a más del 30 por ciento.

Hacerle frente a la diabetes tipo 1

En algunos aspectos el cuidado de la diabetes tipo 1 en los niños que asisten a la escuela primaria se vuelve un poco más fácil, pero en otros aspectos resulta más difícil. A esta edad su hijo ya puede avisarle cuando tiene síntomas de hipoglucemia, de modo que estos episodios resultan más fáciles de reconocer y atender. Pero usted debe comenzar a controlar más cuidadosamente el nivel de glucosa en la sangre de su hijo, porque él o ella está llegando a la etapa en que el control es clave.

Como todavía su hijo está creciendo y desarrollándose, una buena nutrición resulta crucial. Es importante que le proporcione las calorías adecuadas para permitir el proceso de crecimiento. Una merienda compuesta por cuatro onzas de jugo de manzana y una galleta dulce hecha con harina integral (graham), entre el almuerzo y la cena, y antes de acostarse, ayuda a crear un equilibrio en el control de la glucosa y evitar hipoglucemias.

Su hijo va a intentar hacer más cosas para independizarse de usted. Es posible que insista en administrarse la insulina y hacerse solo las pruebas de la glucosa. Los estudios indican que en esta etapa aún no se les puede entregar tales tareas, al menos del todo. Probablemente su hijo todavía no cuente con las habilidades físicas para realizarlas y, con el propósito de ocultar la enfermedad de sus amigos, no se inyecte la insulina ni se mida la glucosa en la escuela. La dieta también puede afectarse, pues el niño no quiere llamar la atención comiendo los alimentos que le exige su padecimiento de diabetes.

Controlar la hipoglucemia

Como usted ha comenzado a ser más estricto en el control de la glucosa, el riesgo de hipoglucemia es mayor, especialmente durante las horas de la
madrugada. En esta etapa (y de ahora en lo adelante), siga alguno de estos pasos o incluso todos, para evitar episodios de hipoglucemia:

  • Asegúrese de que coma algo antes de dormir.
  • Ofrézcale un alimento que contenga fécula de maíz, a la hora de irse a la cama. La fécula de maíz se metaboliza lentamente, por lo que proporciona glucosa durante un período más prolongado. Productos como ExtendBar, que contienen fécula de maíz, pueden servir como merienda para la noche.
  • Mida la glucosa en la sangre y, si está baja, tome las acciones necesarias.
  • De vez en cuando verifique el nivel de glucosa en la sangre a las 3:00 a.m.
  • Pregúntele si durante la madrugada presentó algún síntoma de hipoglucemia, como pesadillas y dolor de cabeza.
  • Asegúrese de que no se salte comidas.
  • Asegúrese de que coma carbohidratos antes de hacer ejercicios.

 

Al menos un integrante de la familia debe aprender a inyectarle glucagón al niño para contrarrestar la hipoglucemia, en caso de que no logre que coma o beba algo.

Manejar los problemas en la escuela

Cuando su hijo va a la escuela o a una guardería infantil, usted tiene que lidiar con nuevos problemas. Uno de ellos es que su hijo se relaciona con otros niños, desea ser aceptado por el grupo e integrarse perfectamente a éste. Es posible que su hijo considere que la diabetes es un estigma y se niegue rotundamente a contarles a sus compañeros que padece la enfermedad.

Un plan de tratamiento que crea dificultades en la escuela o con los amigos podría ser motivo de rechazo.

Un niño diabético pueda participar en todas las actividades que tienen lugar durante el horario escolar y después de la escuela. Esto significa que se deben crear las condiciones necesarias para que el niño pueda hacerse la prueba de la glucosa en la sangre, administrarse insulina, comer sus meriendas o ir al baño cuando lo necesite.

Para lograr esto, podría desarrollar un plan junto con su médico, y el personal de la escuela. El plan debe incluir:

  • Monitorear la glucosa en la sangre.
  • Administrar insulina.
  • Comidas y meriendas.
  • Reconocer y atender la hipoglucemia.
  • Hacer la prueba para detectar la presencia de cetonas en la orina, si fuese necesario.

 

Usted tiene la responsabilidad de proporcionar todos los elementos que su hijo necesita para el tratamiento y las pruebas. La escuela tiene la responsabilidad de entender y brindar cuidados si se presenta hipoglucemia, realizar pruebas para medir la glucosa en la sangre y administrar la medicina si el nivel de glucosa se encuentra fuera de ciertos parámetros, coordinar las comidas y las meriendas, permitir que el niño utilice el baño cada vez que sea necesario y brindarle flexibilidad para que acuda a las citas médicas.No hay razón alguna para que su hijo no participe plenamente en la escuela.

Diariamente usted tiene que enviar a la escuela todo lo que su hijo necesita para medir la glucosa en la sangre y, si fuese necesario, para detectar la presencia de cetonas en la orina. Este kit también debe contener insulina y jeringuillas, si fuese necesario. Algo que debe agregar es una lista de los signos y síntomas de glucosa alta y baja característicos en su niño o niña.

Su hijo debe tener alimentos a la mano durante toda la jornada escolar, tanto para las meriendas como para evitar la hipoglucemia durante la práctica de ejercicios físicos. Los profesores deben recordarle que tiene que comer. Por otra parte, el niño debe sentirse libre de ingerir sus alimentos cuando lo necesite, y no tener que pedirle comida a la maestra.

El kit y los alimentos deben acompañar al niño siempre que salga de la escuela; por ejemplo, si se realiza un simulacro de incendio o si va a una excursión con sus compañeros de clase.

Continuará

*La información aquí proporcionada no pretende reemplazar ni complementar la consulta y el diagnóstico de su médico.

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