La Obesidad y la Diabetes Tipo 2 en los Niños

La epidemia de obesidad que durante las últimas décadas ha alcanzado también a los niños guatemaltecos, ha dado lugar a que la prevalencia de diabetes tipo 2 en los niños sea mucho más elevada que nunca. Los niños presentan sobrepeso u obesidad, sólo una pequeña cantidad de esos niños desarrolla diabetes.

La obesidad es una carga incluso para los niños que no padecen de diabetes. Los niños obesos enfrentan graves consecuencias psicológicas y sociales:

Sus compañeros los respetan menos que a los niños con otro tipo de discapacidades
Se sienten menos a gusto en su relación con la familia
Una percepción negativa de su imagen
Autoestima baja

Añadir la diabetes tipo 2 a esta mezcla puede ser devastador. Todo lo que se menciona anteriormente puede conducir a problemas en el control de la diabetes, porque el niño querrá evitar cualquier actividad que lo haga aún más distinto de sus compañeros.

Es importante diferenciar la diabetes tipo 1 de la diabetes tipo 2, ya que los niños que padecen de diabetes tipo 2 tienen una enfermedad más leve, que puede tratarse con pastillas o incluso con dieta y ejercicio solamente. Sin embargo, como no tienen noción de las consecuencias a largo plazo de sus acciones, a menudo descuidan el tratamiento.

Si su hijo padece de obesidad, debe ayudarlo a que adelgace, pues la mayoría de los niños obesos se convierten en adultos obesos. Con la ayuda de un dietista, logrará averiguar qué alimentos puede comer su hijo para crecer y desarrollarse sin aumentar de peso. Una de las técnicas más útiles es ir con el niño al supermercado y explicarle la diferencia entre las calorías vacías y las calorías que sí tienen aporte nutritivo. Otra es no usar jamás a modo de premio un alimento rico en calorías, como el pastel o los caramelos. Por último, si usted mantiene lejos de la casa esos alimentos problemáticos, las probabilidades de que su hijo los coma serán mucho menores.

Soluciones para los Días de Enfermedad

Las observaciones que aparecen en esta sección se refieren fundamentalmente a los niños con diabetes tipo 1, pues los niños con diabetes tipo 2 no pierden el control de la diabetes a tal grado.

Cualquier niño puede contraer las enfermedades propias de la infancia, pero la diabetes complica el cuidado de su hijo. Las enfermedades afectan la diabetes de formas diametralmente opuestas. Por ejemplo, las infecciones pueden incrementar la resistencia a la insulina y, en ese caso, la dosis normal de insulina no será adecuada. O pueden provocar náuseas y vómitos, por lo que la insulina podría desencadenar hipoglucemia. Por ese motivo, cuando su hijo está enfermo, debe medirle la glucosa cada dos a cuatro horas. Si el nivel de glucosa es superior a 250 mg/dl (13,9 mmol/l), debe inyectarle más cantidad de insulina de acción rápida. Si es inferior a 250, debe proporcionarle más nutrientes que contengan carbohidratos.

También es importante que verifique la presencia de cetonas en la orina de su hijo una o dos veces al día, especialmente si el nivel de glucosa es superior a 300 mg/dl. Si las cetonas están elevadas, debe informárselo al médico.

*La información aquí proporcionada no pretende reemplazar ni complementar la consulta y el diagnóstico de su médico.

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