Reconocer y atender la diabetes tipo 2 en los niños

Hay varias pistas que indican que un niño tiene diabetes tipo 2 en lugar de diabetes tipo 1:

    Al momento del diagnóstico el niño presenta sobrepeso en lugar de estar por debajo de su peso ideal.

    Síntomas como la sed y la necesidad frecuente de orinar son leves o no están presentes; y en caso de que lo estuvieran, ya llevan bastante tiempo manifestándose (tal vez meses).

    El niño tiene sólidos antecedentes familiares de diabetes.

    Cuando se hace el diagnóstico, el nivel de glucosa en la sangre es usualmente inferior al de un paciente con diabetes tipo 1.

    El niño pertenece a un grupo con alto riesgo de padecer de diabetes tipo 2, como los afroamericanos, hispanos, asiáticos e indios estadounidenses.

    El niño tiene acantosis nigricans, áreas de coloración oscura entre los dedos de las manos y de los pies, la parte posterior del cuello y las axilas.

    Estas áreas oscuras están presentes en el 90 por ciento de los pacientes con diabetes tipo 2.

    Las niñas pueden tener menstruaciones irregulares provocadas por el síndrome de ovario poliquístico.

A pesar de estas pistas que apuntan hacia la diabetes tipo 2, los dos tipos de diabetes pueden confundirse por varias razones.

Los niños que padecen de diabetes tipo 1 pueden presentar sobrepeso.

Los niños que padecen de diabetes tipo 2 pueden tener cetonas en la orina igual que los pacientes con diabetes tipo 1.

Al momento del diagnóstico, es probable que algunos niños con diabetes tipo 1 no presenten niveles muy elevados de glucosa.

Y la incidencia de diabetes tipo 2 aún es lo suficientemente baja como para que al médico tal vez no se le ocurra pensar en esa posibilidad.

Algo muy importante que se debe recordar es que la diabetes tipo 2 responde al tratamiento con la insulina mucho más rápidamente que la diabetes tipo 1, y que el niño tal vez no necesite insulina tan pronto comience a seguir una dieta adecuada y un programa de ejercicios. Los niños con diabetes tipo 1 no pueden vivir sin insulina.

Si usted tiene un hijo que presenta sobrepeso —su peso real supera el 120 por ciento del peso ideal para su estatura—, es importante que le pida al médico que le haga la prueba de la glucosa en ayunas para detectar la presencia de diabetes.

El tratamiento de la diabetes tipo 2, tanto en los niños como en los adultos, comienza con un cambio en el estilo de vida. Usted, el padre, debe comprometerse a hacer ejercicios con su hijo todos los días.

Debe reunirse con un dietista y crear un plan de alimentación para toda la familia, que proporcione suficiente nutrición para el niño que está creciendo y, a la vez, lo ayude a adelgazar. Si se logran las dos cosas, no se necesitará nada más.

Esto significa poner límites al tiempo que su hijo dedica a la televisión y la computadora, de manera que se mantenga activo. Piense en la posibilidad de comprarle un aparato empleado para medir el número de pasos a su hijo y animarlo a que incremente la cantidad de pasos que camina cada día, prometiéndole premios cada vez que logra una meta. Las dietas de moda, que casi siempre resultan pasajeras, no son recomendables para niños con diabetes tipo 2. El tratamiento de la diabetes exige adoptar un programa de dieta y ejercicios que debe seguirse durante toda la vida.

Una dieta que pone énfasis en la reducción de las calorías, especialmente las que provienen de las grasas, tiene muchas más probabilidades de mantenerse durante el transcurso de los años que las que cambian drásticamente lo que el niño está acostumbrado a comer.

*La información aquí proporcionada no pretende reemplazar ni complementar la consulta y el diagnóstico de su médico.

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