Dieta

¿Los sustos, accidentes, enojos o golpes producen diabetes?

Sí, sí lo hacen...no, no lo hacen....

¿Cuál es la respuesta que comúnmente damos? Mucho se ha dicho sobre los sustos, enojos, accidentes, pero ¿cuál es la verdad?; son muchos las factores que ocasionan que la diabetes surja. La carga de información que el cuerpo ya trae desde el nacimiento (herencia, genética) es un aspecto, el consumo de lo que se cree que es alimento (comida rápida, muchos azúcares, poca agua) es otro aspecto, el sobrepeso, el no hacer ejercicio y la tensión o estrés son otros factores que predisponen o preparan al organismo para desarrollar la diabetes.

Si uno mira a su alrededor se da cuenta que hay muchas personas que tienen o viven con esos factores, veamos el caso de Marcia de 18 años; trabaja mucho tiempo parada, se alimenta mal, está pasada de peso para su edad y estatura; un día va por la calle de prisa para no llegar tarde al trabajo y cruza una avenida sin ver que viene un carro muy rápido y la atropella, en las pruebas de sangre resulta que es diabética tipo 1. Antes del accidente no lo era, después si...¿qué ocurrió?

La gente empieza a decir: “fue el susto de ver el carro venir hacia ella”, pero, no es así, no fue la impresión, no fue el susto, el cuerpo de Marcia ya estaba predispuesto, por varios de los factores que ya mencionamos, el surgimiento de diabetes era muy probable.

André de 49 años, padre de familia, trabaja mucho, es piloto, pasa mucho tiempo sentado, come en cualquier lugar, le gusta “echarse los traguitos”, fuma, es delgado, pero su esposa dice “tiene su pancita de cervecero”, en su familia no hay historia de diabetes, él dice, “busqué al médico de los ojos, porque me enojé mucho anoche y hoy ya casi no miro”. El oftalmólogo descubre una retinopatía diabética, manda a hacer los exámenes de sangre y resulta que es diabético tipo 2 desde hace varios años. ¿Fue el enojo? No, no fue el enojo. André ya era diabético y no lo sabía.

Guadalupe tiene 4 años, “es gordita”, su mamá y papá la llevan constantemente a comer pizza, hamburguesas, pollo frito, porque a Lupita le gusta mucho. Las abuelas de la nena son diabéticas, los papás no lo son. Un día Lupita se cae de las gradas y se fractura un hueso del brazo, los papás la llevan al doctor y le colocan yeso. Pasado el tiempo cuando van a retirar el yeso, el hueso no ha sanado, el médico manda a hacer exámenes de sangre y resulta que Lupita es diabética tipo 1. Las vecinas y las tías dicen “fue el golpe, el susto, el miedo”....no, no lo fue. A Lupita no la alimentaban bien, sus papás la llevaban a comer muy seguido comida rápida, no hacía ejercicio, veía mucha televisión, era gordita y en su cuerpo ya había herencia.

Mara tiene 23 años, trabaja en una empresa de telefonía, pasa mucho tiempo sentada pero hace un poco de ejercicio, come rápido, es delgada, en su familia no hay historia de diabetes, se enojó muchísimo cuando la despidieron sin causa justa. Le ha costado encontrar trabajo y su novio la dejó. Un lunes que iba en camioneta se subieron a asaltar unos hombres, la golpearon a ella y a varios usuarios, Mara fue hospitalizada por las heridas, allí habló del susto, del enojo, de no haber podido defenderse. Mara sigue en control médico; ella no es diabética, su mamá pensó que lo sería por todo lo que le pasó, pero no lo es. El enojo, la alegría, la tristeza, todas las emociones afectan mucho el cuerpo de las personas, pero no producen diabetes.

La diabetes no se adquiere o se contagia, se desarrolla; son los factores que se plantean al principio los que predisponen al cuerpo para padecerla.

Hay muchos ejemplos, seguramente usted, que lee este artículo, conocerá de muchos otros. Los sustos, los accidentes, los enojos, el miedo, los golpes no producen diabetes. Muchas veces gracias a ellos, nos damos cuenta de que somos diabéticos y no sabíamos.

Licenciada Luz Marina Cifuentes Carrera / Psicóloga colegiada 7053

*La información aquí proporcionada no pretende reemplazar ni complementar la consulta y el diagnóstico de su médico.

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